¿Qué es lo que extrañas de tu niñez? ¿Comer todos los dulces que quisieras sin preocuparte por las calorías, jugar todo el día sin tener noción de las horas o dormir en los cómodos brazos de tu mamá?
Para celebrar el Día del Niño decidimos hacer una lista de todas esas cosas que nos encantaba hacer cuando éramos chiquitas, algunas siguen siendo parte de nuestra vida y otras simplemente tomaron otro sentido.
Todo era más fácil y divertido en esa época, es por eso que extrañamos…
Despertar más tarde para ir a la primaria y que mamá siempre tuviera el desayuno listo.
Comer dulces todo el día sin preocuparnos por engordar, es más, ni siquiera nos preocupábamos por ser flacas, eso no pasaba por nuestra mente.
El único hombre de tu vida, el más guapo e importante era tu papá, tus tíos o tus abuelos, y nadie más.
Pensar en que la hora de las caricaturas era lo mejor del día o salir a jugar con los vecinos.
Nuestra piel era súper suavecita de todos lados, no teniamos que preocuparnos por granitos ni mucho menos por depilarnos. Con la crema que todo mundo usaba era más que suficiente.
Si alguien te gustaba le dabas un beso y punto, a todo mundo le parecía lo más tierno del mundo y no significaba otra cosa.
Las peleas entre hermanos eran súper divertidas, sobre todo porque a los dos minutos volvian a jugar sin rencores o sentimientos guardados, sacaban todo en ese momento y continuaban con su vida.
No existían los problemas de dinero ni las frustraciones por querer comprar ropa, zapatos, bolsas o maquillaje.
Nos robábamos el maquillaje de mamá y podíamos experimentar todo lo que quisiéramos, esa era una de nuestras travesuras favoritas.
Expresarte era mucho más fácil, no te daba tanta pena decir que no querías comer algo, que no te gustaba algun sabor de helado o que no querías ir a algun lado. Tenías bien claros tus gustos, lo que estabas dispuesta a hacer y lo que no.
Podíamos usar vestido todos los días y las combinaciones no importaban tanto.
No había responsabilidades como las tareas, proyectos escolares o trabajo.
Divertirme con cualquier cosa, lo que saliera en las papás, el pan o las galletas.
Que nadie te criticaba ni juzgaba, podías bailar todo el día como loca y ni quien te pelara.
El amor era platónico y nos ilusionábamos muchísimo, pero a los dos segundos pensábamos en algo totalmente diferente que no sentíamos dolor ni rechazo.
Que nuestros papás jugaban más con nosotras, nos cargaban y llevaban a los parques a andar en bicicleta.
Que el ejercicio más fácil y divertido, es más, ni siquiera nos dábamos cuenta que estábamos haciendo ejercicio.
Dormir a las 12 de la noche era la pero desvelada de la vida, pero saber que era algo prohibido lo hacía más divertido.
Ensuciar tu ropa o tu cara con comida no era gran cosa, seguías siendo tú.
Una caja de zapatos era la casa perfecta para tus barbies, un zapato el carro y cualquier pedazo de papel de china el 'outfit' perfecto, no necesitábamos de la tecnología para divertirnos.
No te sentías cansada, jugabas, brincabas y corrías por horas hasta que tus papás decían que ya era hora de dormir, ahora nos cuesta más trabajo y queremos dormir todo el día.
Ir a comer pizza y pasar toda la tarde en los juegos era lo mejor del fin de semana.
A pesar de los años, siempre seremos las mismas juguetonas, curiosas, caprichosas, chiqueadas, traviesas, coquetas y divertidas, ¡feliz Día del Niño chicas!
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